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Cómo influyen los sentidos en la excitación sexual

La excitación sexual es una de las fases de la respuesta sexual humana. Esta comienza con el deseo, sigue con la excitación, continúa con un periodo de meseta, sigue con el orgasmo y termina con el periodo de resolución.

Durante la excitación se producen una serie de cambios anatómicos y fisiológicos, tanto en el hombre, como en la mujer.
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  • En el hombre: se produce la erección del pene. Esta puede sufrir variaciones durante la respuesta sexual, debido a los cambios de estimulación. El escroto se engrosa y los testículos aumentan de tamaño y se elevan.
  • En la mujer: se produce la lubricación vaginal. El clítoris se erecta y los labios mayores se abren. Los dos tercios internos de la vagina se dilatan. El útero se dilata y se eleva. Las paredes vaginales se engrosan y se vuelven de un color más oscuro. Los pechos se hacen más grandes.
  • En ambos sexos: los pezones se erectan, debido a laestimulación directa. Aumenta la presión sanguínea, la frecuencia cardíaca y la miotonía (tensión muscular).
Gusto, olfato, vista, tacto y oído son nuestros cinco sentidos. Vamos a ver qué papel juega cada uno de ellos en la excitación sexual humana.


Saborear el amor

El gusto es el sentido que juega un papel menor en la excitación sexual. Muchas personas pueden excitarse con el sabor de las secreciones vaginales o el fluido seminal, pero no está del todo claro si estas secreciones están mezcladas con otras sustancias químicas que puedan tener efectos sobre la excitación.

Utilizar alimentos sobre algunas partes del cuerpo puede contribuir a una mayor excitación para algunas personas. Comer frutas sobre el cuerpo, untarlo de cremas comestibles o utilizar lubricantes y cremas con sabores, puede producir sensaciones diferentes y muy placenteras.

No obstante, de forma más indirecta, el gusto de alguna comida o bebida (por ejemplo, un buen vino) puede asociarse al placer de la relación sexual.

Oler la pasión

El olfato puede excitar o inhibir la respuesta sexual. En nuestra cultura, preferimos que nuestros amantes estén aseados y que huelan bien. Para ello, existen numerosos productos cosméticos, como desodorantes, colonias, perfumes y geles, con el fin de enmascarar el olor corporal. Un buen perfume puede hacer aumentar la excitación sexual, haciendo el cuerpo mucho más deseable.

La falta de higiene, produce el efecto contrario en la mayoría de personas, pudiendo inhibir el deseo previo.
En otras culturas el olor de los genitales y las axilas es considerado como afrodisíaco. Las secreciones de las axilas contienen esteroides que funcionan como feromonas (sustancias químicas secretadas por un individuo, capaces de producir un comportamiento determinado en otro individuo de la misma especie). Por lo tanto, son sustancias químicas, sin olor, que afectan al comportamiento sexual de forma inconsciente.

Diversos estudios han mostrado una mayor atracción sexual a través de las feromonas. Muchas empresas cosméticas comercializan perfumes a base de feromonas, con el propósito de “volverse irresistible” para el sexo opuesto.


Mirar con deseo


Probablemente sea el sentido que más influencia tiene en la excitación sexual, debido a la rapidez con la que se produce esta, al ver imágenes que nos resultan eróticas. Muchas revistasmasculinas y femeninas están llenas de cuerpos atractivos. La mayor parte de la publicidad se hace en base a alguna imagen erótica.
La ropa, los complementos, la forma de nuestro cuerpo, el color del cabello, el color de la piel, influyen de forma notable en el atractivo sexual.

También nos gusta ver a nuestra pareja con ropa atractiva, en ropa interior, desnudándose o desnuda; pero nos gusta mirarla.
Imágenes eróticas o pornográficas pueden producir una excitación sexual de forma rápida. A muchas parejas les gusta mirarse en un espejo mientras tienen relaciones sexuales, o se graban en video.

La vista es el sentido que más influencia tiene en el deseo, que es la fase previa a la excitación sexual
.


Tocar con placer



El tacto es el sentido que produce efectos más directos en la excitación. Nuestra piel nos permite sentir el dolor, la temperatura y la presión.

Un buen masaje en diversas zonas del cuerpo (espalda, cabeza, pies…) puede ser sexualmente estimulante. Los besos, las caricias, los abrazos y demás manifestaciones que incluyen el contacto cuerpo a cuerpo, producen fuentes inagotables de placer.

Todo nuestro cuerpo es susceptible de producir sensaciones eróticas
. Algunas partes son especialmente sensibles a este tipo deestimulación, como son las zonas erógenas. Estas áreas de nuestra piel contienen un gran número de terminaciones nerviosas.

Las zonas erógenas principales incluyen los genitales, el ano, los pechos (sobre todo los pezones), los labios, la lengua y el cuello. También existen las zonas erógenas secundarias, que son aquellas partes del cuerpo que se vuelven eróticamente sensibles a través de la experiencia.

Escuchar la excitación

El oído también tiene mucha influencia en la excitación sexual. Los sonidos pueden aumentar o inhibir la respuesta. Normalmente, los sonidos que provienen de la pareja, ya sean susurros, indicaciones de placer o gemidos, producen un aumento notable de la excitación en la pareja.
El lenguaje “sucio” (hablar palabras mal sonantes o utilizar lenguaje vulgar), puede gustar a muchas personas, en cambio, otras pueden encontrarlo ofensivo.
La música genera los mismos efectos. Ciertas melodías o canciones producirán efectos eróticos en algunas personas, mientras que otras melodías inhibirán por completo la respuesta sexual.



Conclusiones


Cada uno de nosotros tenemos unas preferencias por unos sentidosu otros. Hay personas que le dan mucha importancia al olfato, gusto u oído, mientras que otras, consideran estos sentidos menos importantes a la hora de practicar sexo.

El tacto y la vista son los sentidos sobre los que existe mayor consenso general a la hora de valorar la influencia que tienen sobre la excitación sexual
. A todos nos gusta sentir el contacto cuerpo a cuerpo, y nuestra piel puede producirnos sensaciones muy placenteras. Del mismo modo, nos agrada ver cosas que nos aumenten la excitación.